BLOG
"Compartiendo desde el corazón, en amor y servicio".

Amor propio, ese del que menos nos enseñaron, todo lo contrario, aprendimos que necesitamos a otra persona que nos complemente, que nos haga felices y que somos la mitad de una naranja
Y entonces nos pasamos la vida buscando a esa otra mitad, que algunas veces no llega y que cuando llega, parece más bien un limón, una toronja o cualquier otra fruta menos una naranja porque nada más no amarra la cosa
En realidad ya estamos completos, el universo entero se encuentra contenido dentro de nosotros, no hay nada que nos falte ni que nos sobre, somos una creación perfecta.
Si pudiéramos vernos de esta manera, no estaríamos mendigando afecto ni entrando en relaciones conflictivas que nos causan dolor, en lugar de eso, tendríamos relaciones expansivas, en donde ninguno de los implicados esté por necesidad de ningún tipo, sino sólo por el hecho de compartir, de compartir todo lo que se es.
Nada ni nadie externo que pueda cambiar en cualquier momento puede darte felicidad permanente.
Las parejas, amistades,trabajos y bienes materiales son temporales, lo único que persiste es tu alma, el ser infinito que habita dentro de ti, eres el único que te ha acompañado desde el inicio y lo hará hasta el final de tu vida.
¿Qué tal si comienzas a quererte, a apreciarte y a perdonarte por el tiempo que no lo has hecho?.
Te darás cuenta que eres el más grande amor, amigo y compañía que puedas tener.

GRACIAS POR LO NO FUE
GRACIAS POR LO QUE NO ES
¿Sabes cuántas veces me he puesto necia por querer estar con alguien por quedarme en algún lugar o por tener por cosas materiales?
Muchísimaaaas
Y ahí estoy:
¡Ay universo please!
Mándame esto, por favor que suceda tal cosa…
Por supuesto, muchas de estas cosas no han ocurrido.
Me preguntaba por qué no sucedían, y no sólo eso, me enojaba y me frustraba.
Pensaba que tenía mala suerte, que había algo malo en mí que no lo merecía o que no era suficiente.
Hace unos días recordé todas esas cosas, situaciones o personas que he pedido y que no se me han dado.
Me solté a reír y dije ¡Qué bueno!. Diosito gracias por no hacerle caso a mis caprichos.
Que desastre hubiera sido que me hubiera quedado en determinado lugar o con ciertas personas.
Por supuesto que en el momento nos cuesta trabajo comprenderlo e insistimos porque creemos que eso es lo mejor para nosotros.
Lo que no sabemos, es que la divinidad siempre quiere nuestra felicidad y nos llevará hacia nuestro mayor y más alto bien.
Cada vez que identifico que insisto en que algo suceda y comienzo a ponerme terca, cierro los ojos y digo: Universo, gracias por que esto no está sucediendo, no comprendo por qué, lo único que sé es que me amas y quieres lo más armónico para mí. Te entrego este deseo y esta necesidad.
Siento un alivio inmenso prácticamente instantáneo.
En algunas ocasiones requiero repetirlo hasta que mi ser se sienta tranquilo.
¿Te ha sucedido o te está ocurriendo algo parecido?

Una de las cosas más hermosas que nos regala la vida, es la posibilidad de cambiar de rumbo tantas veces sean necesarias para nuestra alma.
Tenemos la idea de que “las cosas son así, y así deben de ser siempre”, “elegí esto en determinado momento, ya no me gusta, pero ni modo, ya me chingué” , “esto es lo que se espera de mí” , “dicen que esto es lo correcto”.
El universo entero está en constante movimiento ¿Crees que tú no lo estás?
No eres la misma persona que eras hace cinco años, un año, seis meses, es más, no eres el mismo que eras ayer.
Por supuesto que tus metas, sueños e intereses también han cambiado.
Nos sentenciamos y nos cortamos las alas cuando no escuchamos a la voz de nuestra alma y nos obligamos a seguir haciendo lo que ya no nos satisface o quedándonos con una persona o un lugar al que sentimos que ya no pertenecemos.
Hace determinado tiempo disfrutábamos hacer ciertas cosas, sin embargo hoy no nos llenan-
Quizás también resonábamos con algunas personas pero hoy ya no hay conexión con ellas-
Lo importante es atrevernos a reconocerlo.
Nada, absolutamente nada es permanente, todo es cíclico incluso aunque permanezcamos por mucho tiempo en una relación o algún lugar estos van evolucionando.
Cuando nos toca cambiar de dirección se siente internamente.
En principio es una corazonada, sin embargo, la mayoría de las veces no le hacemos caso, ignoramos a nuestra intuición.
Es entonces cuando la vida nos grita a través de eventos caóticos para que nos movamos de lugar sí o sí.
El universo nos tiene que sacar a patadas de ciertos lugares o relaciones porque de otro modo no lo haríamos.
Aceptemos que el cambio es parte de nosotros, dejemos de luchar en su contra y permitamos que el flujo de la vida nos lleve hacia nuestro punto de destino.

No la/lo he dejado porque es él o ella quien no me suelta a mí.
¿Te suena?
Esta es una justificación muy frecuente cuando no podemos terminar una relación, no sólo sentimental sino de cualquier tipo.
Muy bien, si esa persona no te suelta, suéltala tú.
Es importante aprender a poner límites firmes y saludables.
Si te sigue llamando o enviando mensajes es porque le respondes. Existe la función de “bloquear” en todas las aplicaciones y redes sociales, si es necesario y saludable para ti que no tengan más contacto, hazlo.
Si te busca, te insiste, te hace dramas es porque le sigues dando una esperanza.
Nosotros somos quienes dejamos la puerta abierta, la otra persona ve una rendija y por supuesto que intentará entrar.
Seamos honestos, cuando esta situación ocurre, preguntémonos qué parte de nosotros aún no cierra el ciclo y no pone punto final al asunto.
Por favor no te regañes, no seas tan dura o duro contigo.
Lo menciono porque tenemos una tendencia decirnos lo peor y lo más hiriente.
En lugar de esto, reconoce cuál el el miedo oculto. ¿Es miedo a la soledad, a tomar una mala decisión, a no volver a sentirte de esa manera con nadie más, a lo que los demás piensen?…
Una vez que lo identifiques, también trata de observar cómo y cuándo se originó.
Busca la manera de sanar la herida primaria y de llenar con amor hacia ti mismx el vacío que te hace vincularte con esa persona.
Más allá de las justificaciones y de la queja intentemos tomar el timón de nuestra vida y crearla como más nos guste.

¡Qué difícil se torna tomar decisiones determinantes! ¿no?
Hace justo un año, cuando vivía en la India, estaba tomando la decisión de volver a Mèxico,
Mi intuición y mi alma me decían que era momento de volver, pero mi mente no lo comprendía y estaba llena de miedos.
Estaba tan acostumbrada y tan contenta con la dinámica que llevaba allá, que no quería dejarla.
Llevaba una vida de monasterio y era muy feliz con ello.
La idea de regresar al mundo occidental me aterraba no sabía si mi nuevo yo podría adaptarse a los lugares, las personas, las situaciones, etc.
Al momento de comprar mi vuelo para la Ciudad de Mèxico sentí una inmensa paz ahí comprendí que era lo que me correspondía hacer, mi alma estaba en calma-
Ayer recordaba este episodio de mi vida y viéndolo en retrospectiva, considero que fue una excelente decisión.
Por supuesto que hay días en los que mi corazón anhela volver al ashram a lado de mi gurú pero también me siento plena y realizada con lo que estoy haciendo ahora.
Mientras daba una sesión de terapia pensaba ¡Wow! Esta era una de las razones por las que tenía que volver, para compartir lo aprendido y así cumplir mi propósito de vida-
Cuando necesites tomar una decisión crucial, respira profundo, llévate las manos al centro del pecho a la altura del corazón y pregúntale a tu alma cuál es el mejor camino, el que te llevará a tu más alto bien.
Tu alma sabia te lo hará saber.
El indicador de que estás haciendo lo correcto es la sensación de paz que sentirás.
Por supuesto que aparecerán miedos, identifica si vienen de la mente y de la ansiedad por el futuro.
También puedes pedirle a tu ser superior o a la divinidad que te faciliten las cosas si es que eso es lo adecuando para ti, y que te ponga trabas u obstáculos si es que no es el camino.
Pídele que te lo muestre de una forma evidente que no puedes ignorar.

Aunque meditemos hagamos yoga, repitamos afirmaciones y estemos muy metidos en el camino de la consciencia seguiremos teniendo puntos ciegos y de vez en cuando el ego seguirá haciendo de las suyas en nosotros.
Algunas personas me han dicho, me gustaría estar siempre feliz y en paz como lo estás tú.
A lo que les respondo: ¿De verdad crees que siempre estoy viendo pasar unicornios rosas y maripositas al rededor de mí?
Naaaaaaa!
Tengo muy muy buenos momentos en los que estoy súper conectada conmigo misma y las lecciones que se me presentan puedo aprenderlas y trascenderlas muy rápido, sin embargo, hay otros en los que el ego (la mente) me impiden ver más allá de mí nariz y es entonces cuando el universo tiene que agarrarme a cachetadas para que logre ver lo que tengo que ver.
La semana pasada mientras surfeaba, me caí y me lastimé horrible la espalda baja, tanto, que prácticamente no podía caminar y lloraba del intenso dolor que sentía.
Ese mismo día, se fue la señal de los celulares en toda la costa, por lo que estaba completamente incomunicada.
Entonces estaba ahí, sola, acostada en la cama, sin poderme levantar y sin poder hablarle a nadie.
Comenzaban a embargarme un sinfín de pensamientos negativos. pensaba que esa lesión me duraría de por vida, que no podría hacer ejercicio jamás, que no podría caminar bien… OMG! eran tan destructivos que incluso ya estaba viendo venir a mi amiga la ansiedad.
Respiré profundo y me dije: Jimena, “everything is fucking perfect”, esto también es un prasad (bendición).
¿Para qué necesité atraer esta situación a mi vida?
Observaba mis pensamientos, mis sensaciones y mis emociones, y ahí, sin poder escapar de mí, literalmente. entendí aquello que me negaba a ver y a aceptar desde hace tiempo y que me estaba causando conflicto sin que me diera cuenta.
Cuando comprendí la razón por la que me había sucedido esto, al poco tiempo regresó la señal y pude comunicarme con un médico, me mandó medicamento y un par de días después parecía que no había tenido ninguna lesión, hoy estoy al
El universo es súper dulce y amoroso para decirnos las cosas, pero si no logramos escucharlo nos lo vendrá a gritar para que no podamos ignorarlo-
Mi mensaje con este post es, primero, no pensemos que por ser muy zen todo será felicidad y arcoíris por todos lados- Habrá situaciones en las que la vida tenga que traernos nuestras lecciones más fuertemente si es que así lo necesitamos.
No nos sintamos culpables por ello, es parte de ser humanos, que si estuviéramos iluminados, ya estaríamos sentados a lado de Buda-
Y segundo, cuando estemos en medio una situación caótica y complicada pensemos en el para qué creamos esa experiencia, y qué es lo que requerimos aprender a través de ella.
Menos regaños y más aceptación-

¡Atrévete a hacer lo que te de tu chingada gana!
Simplemente se tú, suelta el miedo al juicio y la necesidad absurda de complacer a los demás.
¿Sabes cuánta angustia y durante cuánto tiempo me perturbaba la idea de lo que otros pensaran sobre mí?
Muuuuuucha, era una de las múltiples causas de mi ansiedad.
El creer que no estaba lo suficientemente preparada, que no lo haría bien, que se burlarían de mí y me criticarían…
¡Uy! Si supieras todo lo que hay en el pasado de la mujer que soy ahora quizás no lo creerías.
Me detuve tantas veces de lo que realmente quería hacer por miedo al juicio y al rechazo.
¿Qué van a decir de mí?
La frase que ha roto más sueños en la historia…
Creía que tenía que hacer todo perfecto y que no tenía derecho a equivocarme.
¡Wow! ¡Qué presión!
Soy humana, cómo carajos no podría equivocarme, no una sino muchas veces.
Un día mientras me daba vueltas en la cabeza el miedo a lo que otros pudieran decir de mí: qué tonta, qué ridícula y absurda, no sabe lo que está haciendo… Me di cuenta que eran cosas que ya me había dicho yo antes, incluso otras mucho peores.
¿Cuánto más dolor podría causarme una opinión externa si mi peor verdugo había sido yo?
Entendí también que muchas de las críticas de otros hacia lo que hago o a mí persona estaban llenos de esa añoranza por atreverse a cambiar y a lanzarse al vacío.
El “Se volvió loca” “Yo jamás haría algo así”
Traía detrás unas tremendas ganas de mandar su vida a la MIERDA y decirse que sí a ellos mismos.
Me volví una rebelde, leal a mí, defendiendo mis sueños y mis ideales.
Voy con todo, le doy con todo a lo que creo por supuesto, siendo siempre respetuosa de los demás.
Imagina la vida de tus sueños y atrévete a dar el gran paso quiérete mucho para poder confiar en ti.
Ese escenario ideal que tanto anhelas sí existe, comienza a descubrirlo y a dirigirte hacia a él.

Hace un tiempo le dije de “broma” a mi terapeuta: “ojalá que ya llegue el bueno”
Refiriéndome a la pareja por supuesto
A lo que ella me respondió: ¿Y tú? ¿Ya eres la buena?
Toing!
Directo y a la cabeza!
Seamos honestos ¿Cuáles son las características que pedimos/exigimos de una pareja, y cuántas de ellas las tenemos nosotrxs?
La mayoría de las veces la lista es bastante amplia y es fácil querer que el otro nos dé eso que no somos todavía, que podríamos ser (porque todos tenemos todas las características en potencia), pero que no nos hemos atrevido a ser.
❣️ Quiero que sea amorosx y cariñosx, y nosotros nos hablamos horrible, nos regañamos y nos ofendemos la mayor parte del tiempo.
❣️ Que me respete y que sea leal, cuando no podemos ver nuestra propia valía y nos traicionamos una y otra vez haciendo cosas que nos lastiman o estando en donde no queremos.
❣️ Que me haga sentir protegidx, siendo que no cuidamos de nosotros mismos llevando a nuestro cuerpo a extremos, no durmiendo las horas necesarias, no alimentándonos sanamente o consumiendo sustancias que alteran nuestros sentidos.
❣️ Que sea valiente, cuando ni siquiera nos atrevemos de salir de nuestra zona de confort, de soltar y de romper con círculos viciosos.
❣️ Que sea alguien a quien pueda admirar
¿Y nosotros? ¿Nos sentimos orgullosos de nosotros mismos? ¿Nos reconocemos nuestros logros? ¿Estamos dirigiendo nuestros esfuerzos a aquello que quisiéramos lograr?
❣️ Que sea atractiva o atractivo y que tenga un buen físico.
¿Qué tal nosotros?
Me di cuenta que era 100 verdad eso que me dijo mi terapeuta, estaba pidiendo algo que yo no era.
¿Cómo pretendía ver en las personas las características que no había desarrollado en mí?
El otro no es más que nuestro reflejo.
Es más fácil y más cómodo quejarnos y pensar que todo es producto de una salación y de la mala suerte en el amor a asumir nuestra parte responsable y atrevernos a mirar hacia adentro.
También es importante identificar, qué creencias y qué heridas no sanadas ocasionan que repitamos los mismos patrones una y otra vez en nuestras relaciones.
Culpando al otro no lograremos generar ningún cambio, la clave está en girar el reflector hacia nosotros para comprender la raíz de lo que está causando lo que veo en mi realidad

“El secreto no es correr detrás de las mariposas… es cuidar el jardín para que ellas vengan a ti”
Mario Quintana.
Hace algunos años leí esta frase y no me había hecho tanto sentido como hasta ahora.
Vivimos en la búsqueda constante, de una pareja de la felicidad, del momento perfecto…
En realidad, no se trata de perseguir absolutamente nada, muchas veces forzamos las situaciones o estiramos tanto la liga que termina convirtiéndose en un completo desastre mientras más corremos detrás de algo, más se aleja de nosotros.
Y es que normalmente se hace desde la desesperación y desde la carencia.
Necesito “X” cosa o a “X” persona.
Si nos enfocáramos en vivir el momento presente, el amor y la felicidad se convertirían en nuestro estado natural y desde ese estado de plenitud nos sintonizaríamos con todo lo hermoso y maravilloso que tanto deseamos.
Eso que anhelamos ya existe, ya está ahí esperando por nosotros, pero estamos tan distraídos y tan desconectados que ni siquiera nos damos cuenta de ello.
La vida nos pone enfrente las situaciones y a las personas indicadas en el momento ideal.
Y también nos quita todo aquello que ya cumplió su función en nuestro camino.
Escúchate, cuídate en todos los sentidos, cultiva tu amor propio, sé leal a ti, priorízate, chambéate mental y emocionalmente, sé agradecidx enamórate de cada segundo y cada situación por la que pases, todo es experiencia.
Sólo así, te sintonizarás con el amor, el empleo y los lugares que tanto deseas

La vida es corta como para no sentir para no enamorarnos una y otra vez y no me refiero únicamente a enamorarnos en el sentido romántico me refiero a enamorarnos y maravillarnos de todo lo que nos rodea.
Y es que damos prácticamente todo por sentado, que dejamos de apreciar las bendiciones que existen en nuestra vida.
Seamos como los niños pequeños, que se asombran por todo lo que acontece.
Apreciemos ver el azul del cielo y también los días nublados, contemplar un atardecer, saborear un helado, caminar sobre el pasto, escuchar nuestra canción favorita, sentir el mar en nuestros pies, comer la comida que más nos gusta y disfrutar el café de la mañana.
Estamos en la prisa y en el piloto automático que nos olvidamos de vivir, la mente está en el futuro o en el pasado que nos perdemos de lo que está sucediendo aquí y ahora, nos enfocamos en lo que no hay, que no apreciamos lo que sí tenemos.
La vida es corta como para cerrar el corazón y vivir en el juicio y en el miedo, nadie va a lastimarnos si es que nosotros no le otorgamos el poder al otro para hacerlo. Nadie, absolutamente nadie puede hacernos daño si no se lo permitimos.
Hay que entregarse a cada experiencia y a cada momento a entrarle con todo a lo que sea que hagamos, con un pie afuera y uno adentro por temor a equivocarnos no funciona.
¿Y qué tal si fracaso? ¿Y si me equivoco? ¿Y si me va mal? ¿Y si, y si, y si?
Cómo podríamos saber si es el camino correcto o no si no nos damos permiso de intentarlo.
El miedo siempre existirá pues también es parte de nuestra dualidad, en lugar de luchar en contra del él, aceptémoslo y escuchemos lo que tiene para decirnos, qué se esconde detrás de todas esas inseguridades.
Aún con miedo, intenta cuantas veces sea necesario, te aseguro que no serás el mismx después de haber atravesado el umbral de la incomodidad.

Tranquila, tranquilo, sé paciente con tu proceso .
Sè lo suficientemente suave y compasivo para comprender que los cambios no se dan en un abrir y cerrar de ojos. Y también sé valiente para ver de frente a tus demonios internos, para aceptarlos y hacerles la autopsia para entender de qué estaban hechos.
¡Ya no quiero ser así!, ¡Necesito cambiar! ¡No me gusta lo que está sucediendo en mi vida!.
¿Qué estás haciendo activamente para transformar esas actitudes o circunstancias?
La voluntad no basta. Un montón de creencias y de patrones están arraigados en lo más profundo de nuestra mente inconsciente, por eso es que por más que queramos hacer un cambio no sucede por sí solo.
Relaciones de pareja conflictivas o ausencia dé por un largo periodo de problemas recurrentes de salud, odiar el trabajo pero tener un miedo paralizante a soltarlo, sentirse desconectado de los demás, repetir los mismos patrones en las relaciones…
No es mala suerte, ni el universo que nos odia, somos co creadores de nuestra propia realidad a través de nuestras creencias, heridas no sanadas e historia de vida.
Ve profundo, sánate, que no hay ser más atractivo y magnético que el que ha logrado disolver las capas de ego que estaban encima de su verdadera esencia.
Toma terapia, lee libros, ve videos, toma cursos, pero por favor, conócete.
Yo sé que en algunas ocasiones nos asusta lo que podamos encontrar o no queremos contactar nuevamente con una situación que nos causó dolor y decimos “ya estoy bien” “no lo necesito”
El evadir no significa que las emociones desaparecerán por arte de magia, se están acumulando pues no encuentran una vía de escape eventualmente se manifestarán en forma de ansiedad, depresión o de mucho caos para que les hagas caso.
Lo digo tanto…
La terapia no es para locos, es para gente valiente y que se ama a sí misma

Buscamos flores en las manos de otros sin darnos cuenta del jardín que tenemos en el corazón.
Vamos por la vida con el cartel de “quiero que me ames” “quiero que me hagas feliz” “por favor valórame”.
Dame cariño, protección, cuidados…
Sólo dame, dame, pidiendo aquello que ni nosotros sabemos darnos, poniendo en las manos de otros la responsabilidad de amarnos.
Y si el otro no nos ama y nos es como esperamos entonces sufrimos.
Pero por qué no me dices palabras bonitas, no me pones atención y no me contestas el cel a los 5 minutos de que te escribí, por qué no eres detallista ni me consientes.
Cuando creemos que sólo si el otro está conmigo seré feliz se crean los apegos y las adiciones emocionales.
Por ello en caso de no poder soltar a alguien propongo un ejercicio.
Escribe aquello que esperas que la otra persona te dé, qué es lo que normalmente le pides y que lo más probable es que no haga.
Digo que es lo más probable porque los otros nos muestran nuestras heridas y se activan cuando sucede lo contrario a lo necesitamos. Una vez que tengas la lista, pregúntate y contéstate con honestidad si eso que pides te lo das a ti mismx.
Si no es así cuestiónate por qué no lo haces y comienza a tomar acción lo antes posible.
Date todo eso que siempre demandas y exiges de los demás.
Somos nosotros quienes les enseñamos a los demás cómo nos gusta ser tratados.
¿Cómo te estás amando?

Amor propio también es cuidar nuestra energía
En este caso haré referencia a cuando sabemos que algo o alguien no es para nosotros porque la vida nos lo grita de mil maneras, pero aún así seguimos insistiendo y cavando un hoyo sin fin que no nos llevará a ningún lado.
Alguien que no nos elige, que no demuestra interés, que tiene otros compromisos y prioridades y que sabemos que no es lo que queremos pero que no nos atrevemos a soltar.
Y qué tal si ahora sí me valora y qué tal si ahora si se da cuenta que quiere estar conmigo...
Y se pasan los días, los meses y los años esperando algo que nunca llegó ni llegará.
Entregamos y cedimos algo tan valioso como nuestra energía, claro, porque los pensamientos, las palabras y las acciones también son energía.
Le invertimos a algo que de antemano sabemos que no rendirá frutos sino todo lo contrario, nos dejará en bancarrota.
Hoy seamos honestos con nosotros mismos y observemos si tenemos una relación de cualquier tipo que nos esté drenando y consumiendo inútilmente.
Hay que soltar y dejarnos las manitas libres para poder recibir y tomar eso que tanto anhelamos y que merecemos.

Sin duda una de las mejores maneras de sanar y de evolucionar como almas, es SOLTAR. Dejar ir a personas que nos hacen daño o que nos restan en lugar de sumarnos situaciones que nos lastiman y que detienen nuestro crecimiento, sentimientos y emociones atoradas que nos hacen sufrir pensamientos autodestructivos o cualquier cosa que nos limite.
Tenemos el concepto, la teoría, pero ¿cómo lo llevamos a la práctica?
Yo sé que no siempre es tan fácil.
Creo que la mayoría de las veces tenemos más miedo de lo que podamos sentir a lo que pudiera pasar.
Hemos sufrido tanto y la hemos pasado tan mal en otras ocasiones, que lo que menos queremos es volver a experimentar un dolor similar.
De lo que no nos damos cuenta, es que estando metidos en la situación desagradable la pasamos peor que si enfrentamos nuestro miedo.
Te platico lo que yo hago cuando me encuentro en una situación de desapego, quizás te gustaría ponerlo en práctica.
Me permito sentir cualquier emoción por desagradable que sea: miedo, ira, rencor, tristeza, dolor, etc
Lo hago llorando, sollozando como una niña pequeña, gritando en algún lugar abierto o golpeando una almohada.
Dejo que mi mente piense lo que le de la gana. La clave aquí es que, me vuelvo la observadora consciente de mis pensamientos.
Y digo: OK, estoy pensando esto ¿por qué? ¿De dónde vienen?
Sin etiquetarlos, sin juzgarlos y sin sentirme mala persona por ello.
Escribo todo lo que estoy sintiendo y pensando.
Descargo en una hoja de papel mis emociones.
Después la rompo, la quemo y devuelvo las cenizas a la naturaleza (las pongo en una plantita dejo que se las lleve el viento o las tiro en un lugar con agua).
Mientras lo hago repito: “Me libero, te libero. Te perdono, me perdono”.
Agradezco mentalmente a la persona o situación que estoy soltando.
Por los momentos lindos, por haberme hecho sonreír, por haberme permitido sentir amor etc.
Por los momentos caóticos y dolorosos, porque me hicieron aprender, crecer, identificar mis heridas no sanadas, por permitirme ver los patrones que repito, porque después de eso aprendí a amarme y a valorarme, etc.
Lo repito las veces que sean necesarias hasta que me sienta mejor.
No digo que el proceso vaya a ser placentero, habrá dolor, necesitamos rompernos para reconstruirnos de nuevo, pero te aseguro que estarás liberando a tu alma de las cadenas que la oprimen.

¡Ouch! !Como duele!
¿Alguna vez has pasado por situaciones tan difíciles que sientes que se te rompe el alma?
Yo sí!
Si tú también, seguramente entenderás de lo que te hablo.
Me refiero a esa sensación de vacío en el estómago, la falta de aire para respirar, el corazón apretado y tanto miedo que hasta puede hacerte temblar, en mi caso, la ansiedad se hace presente.
La angustia te embarga, la tristeza se apodera de cada espacio de tu ser, las lagrimas parecen no tener fin.
Y entonces vas por la vida moviéndote por inercia, cual zombie pareciera que sólo está tu cuerpo, el bulto, porque en realidad, tú no estás ahí presente.
¿Por qué sucede esto?
Algunas veces, cuando estamos experimentando una situación muy dolorosa el alma se fuga, como si una parte de ella abandonara el cuerpo para no sentir ese dolor y se crea una disociación.
Lo mismo ocurre con la mente también se desconecta del cuerpo.
Por eso es que estamos tan dispersos, muy cansados con cero energía, incluso con la presión baja, no nos concentramos, nuestra memoria se ve afectada y hasta perdemos objetos, por mencionar algunas cosas.
¿Qué puedes hacer para reconectarte y alinear tu cuerpo, mente y alma?
Respira conscientemente.
Inhalando y exhalando lento y profundo por la nariz a través del diafragma. Inflando la pancita al inhalar, y desinflándola al exhalar.
Acuéstate sobre tu espalda y comienza a sentir tu cuerpo, por ejemplo:
Siento dolor en la espalda, presión en el pecho, dolor de estómago, ardor en la garganta.
Ahora vas a relacionar las emociones con la parte del cuerpo en donde sientes la incomodidad.
Por ejemplo:
El estrés lo siento en la espalda
La tristeza la siento en en el pecho.
El enojo lo siento en el estómago
La angustia la siento en la garganta.
Finalmente vas a visualizar que en las plantas de tus pies hay dos hoyitos, uno en cada pie y que a través de ellos, en forma de humo negro drenas las emociones que sientes en cada parte de tu cuerpo.
Imagina como salen de ti, déjalas ir.
Un tip más, que me funciona muchísimo en esos momentos, es repetirme mi nombre completo y fecha de nacimiento tres veces es una manera hacerme consciente de mi misma y de recuperar mi energía